Cada año a puertas de la “Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen Maria”, el mundo creyente católico se dispone a vivir la noche de las velitas ó noche de la luz, es el lucernario que encendemos para hacer recuerdo de la obra de Dios a través de mujer, doncella elegida y bendecida por el Creador para llevar a cabo su proyecto Salvífico.
Es la noche donde las familias han de reunirse en fe y junto a la Virgen Maria, a orar por las realidades personales, familiares, comunitarias y del mundo entero.
Que bueno que este año nos demos la oportunidad de encender cada vela y decirle a Dios: gracias por la humildad y grandeza de Maria, la Madre de nuestro Salvador, que bueno darle gracias a Dios por los tiempos que nos ofrece en la vida para encender la llama del Amor, de la Paz y la Justicia.
Regalémonos unos instantes en medio del jolgorio y lo festivo de éste día para orar y fortalecer los vínculos familiares.
Que Maria Reina de la Vida y el Amor les acompañe siempre en sus Vidas.
Ricardo Martín León, Pbro.
Gerente General
