Hablar de duelo hoy nos convoca necesariamente a mencionar la forma particular que ha tomado la despedida de nuestros seres queridos.
Nos encontramos con la ruptura entre el ritual y el encuentro social que este convoca, pues hallamos despedidas funerarias con restricciones hasta en el cementerio, incluso si hablamos de un fallecimiento por la covid se imposibilita toda opción de ritualizar dicha perdida, esto implica realizar un proceso de duelo totalmente distinto… el ritual como acto simbólico en nuestra sociedad no ayuda a tramitar, nombrar y reconocer aquel evento en la familia, por eso ahora se nos devuelve como sujetos, como dolientes, una responsabilidad altísima ante la propia forma que pueda construir para despedir a mi ser querido desde espacios físicos distintos a los ya dispuestos, por video llamada, por medio de un altar, por medio de la oración, por medios audiovisuales, por medio del arte, en fin cada uno encontrará su forma singular.
Es sorpresivamente una época donde sólo nos queda asumir el dolor y la muerte como propia y no dejarlo en manos del funcionario funerario que hace su mejor esfuerzo para honrar la memoria de los seres queridos que han partido.
UNAME- Unidad de Apoyo Emocional y Espiritual
